1. ¿Cómo se desarrollan las capacidades?
Como hemos visto en la introducción los objetivos generales, se refieren a la consecución de capacidades, de ésta manera no son directamente evaluables. Nosotros, como profesores, debemos concretar qué aprendizajes se deben realizar como manifestación de dichas capacidades. Estas capacidades serán distintas entre los alumnos, e incluso un mismo alumno mostrará una misma capacidad en distintos comportamientos. Sin embargo habrá que volver a los objetivos en el momento final de la evaluación para analizar el avance global que el alumno haya manifestado en las capacidades como algo más allá de la mera suma de las distintas evaluaciones concretas, confrontando la información que cada ámbito ofrece acerca de una misma capacidad.
Los objetivos generales de Etapa indican el nivel en el cual s espera que el alumno haya adquirido la capacidad la final del periodo educativo correspondiente, lo cual, no quiere decir que no sean útiles para el resto de la etapa. Será más sencillo reconocer en el último curso de la etapa las capacidades expresadas en los objetivos; sin embargo, sólo un proceso planificado intencionalmente durante todos los cursos escolares de cada nivel asegurará que al final el alumno haya alcanzado las capacidades que se expresan en los objetivos generales.
Los objetivos generales de estas etapas se refieren a las capacidades globales que se trabajan desde todos los ámbitos. Por ello no hay un correlato exclusivo entre un objetivo y un ámbito.
Las capacidades de Educación Preescolar e Infantil se refieren en general a los siguientes ámbitos: motor cognitivo y lingüístico, de las relaciones interpersonales, de la actuación e inserción social y de equilibrio personal.
En el ámbito del desarrollo motor, ajusta su intervención a las posibilidades que va abriendo la maduración, que permite al niño/a un progresivo control de su propio cuerpo. Dicho control comienza afectando a grandes grupos musculares responsables de la postura y la marcha, y acaba extendiéndose a pequeños músculos que permiten actividades más finas y precisas. La Educación Preescolar e Infantil se propone facilitar y afianzar esos logros en el ámbito de la acción y el tiempo, asegurar el progresivo dominio de la representación del cuerpo y de las coordenadas espacio-temporales en que su acción trascurre.
En el ámbito cognitivo y lingüístico, la finalidad de la Educación Preescolar e Infantil se relaciona con facilitar el acceso a una representación crecientemente objetiva y coordinada de la realidad que el niño conoce, en lo que a lo cognitivo se refiere, y, en lo relativo al lenguaje, con estimular el acceso a la convencionalidad (léxica, gramatical, sintáctica) y a la interiorización (uso del lenguaje como instrumento de reflexión, planificación,...). La Educación Preescolar e Infantil acompaña y estimula el tránsito de lo sensoriomotor a lo simbólico y posteriormente de lo intuitivo a lo lógico, de lo precategorial a lo categorial. De la misma forma, estimula y dirige el tránsito de lo preverbal a lo verbal y del lenguaje típicamente infantil a un lenguaje en muchos aspectos similar al que hablan los adultos.
En lo que se refiere al equilibrio personal, la Educación Preescolar e Infantil se propone desarrollar y afianzar en los niños/as sentimientos positivos respecto a los demás y a sí mismo, facilitando el acceso al conocimiento de las propias posibilidades y limites.
2. ¿Qué permite aprender?
Aprender a aprender implica desarrollar aspectos tanto
cognitivos como emocionales. Desde luego, supone adquirir determinadas
competencias metacognitivas, es decir, capacidades que permiten al estudiante
conocer y regular sus propios procesos de aprendizaje. Pero, de nada sirve
conocerse como aprendiz si lo que “vemos” al analizarnos nos desagrada y nos
lleva por tanto a considerarnos poco capaces. La autoestima, la capacidad de
aceptar el rechazo que provoca el error, la tensión que implica mantener el
esfuerzo…son algunas de las dimensiones de aprender a aprender que con mayor
claridad revelan su naturaleza emocional. Destacar esta doble dimensión tiene
como objetivo principal enfatizar que los docentes debemos trabajar ambas. No
se trata por tanto de enseñar únicamente determinados recursos que ayudan a
planificar y desarrollar una tarea estratégicamente, sino de acompañar al
alumno desde el inicio de su escolaridad en un largo proceso que le permita
conocerse como aprendiz, aceptarse y aprender a mejorar. Enseñar a aprender a
aprender significa conseguir que los alumnos y alumnas experimenten a lo largo
de su escolaridad el placer que produce entender algo que antes no
comprendíamos, resolver un problema que se nos resistía, sentirnos capaces en
último término.
3. ¿Se debe madurar para aprender?
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